La compra de un negocio, los cánones de entrada, los royalties, la comunicación y los gastos de explotación: una visión general de los gastos que conlleva la compra de una franquicia.
Aunque las cadenas suelen anunciar claramente la inversión global necesaria para unirse a ellas, a veces es difícil ver qué cubren los detalles de esta cantidad.
¿Cuánto cuesta una franquicia?
Evidentemente, es difícil dar una cifra exacta para comprar una franquicia, ya que las cantidades varían mucho según el concepto: ¿necesitarás un local? Si es así, el precio de compra del negocio dependerá de su ubicación y valor. ¿Requiere el concepto la compra de equipos, existencias de productos o empleados? Por tanto, la inversión total puede oscilar entre 5.000 y más de 500.000 euros, dependiendo de la empresa.
Según las cifras de la CSA-FFF-Banque Populaire, casi el 70% de las cadenas requieren una inversión global superior a 100.000 euros: para validar el proyecto, los bancos suelen exigir una aportación personal equivalente al 30% de la inversión global.
Para abrir una franquicia, también tendrás que tener en cuenta ciertos gastos específicos del contrato de franquicia.
La cuota de inscripción
Pagado al entrar en la red y al renovar el contrato de franquicia, el canon de entrada, o canon fijo inicial, remunera al jefe de la red a cambio del derecho a utilizar su concepto y a beneficiarse de su saber hacer y de la reputación de la marca.
Así se valora todo el trabajo previo, el que permite al franquiciado arrancar con un modelo probado. La cuota de inscripción puede incluir o no el coste del entrenamiento. El coste medio en todos los conceptos oscila entre 15.000 y 20.000 euros.
Derechos de autor
La franquicia implica derechos y/o cánones por la explotación y comunicación de la marca. Por explotación, entendemos todo lo relativo al desarrollo y funcionamiento de la red, así como la innovación en términos de servicios y productos, que le permitan seguir siendo competitiva.
Los cánones de comunicación se refieren a la visibilidad de la marca a nivel nacional, pero también al diseño de herramientas comunes que ofrezcan, a nivel local, coherencia con todos los franquiciados. Sin embargo, no todas las redes de franquicia ofrecen lo mismo en sus tarifas de comunicación, por lo que es importante que el contrato de franquicia lo especifique.
Los cánones pueden ser a tanto alzado o calculados como porcentaje de las ventas del establecimiento (lo que es esencial para evaluar el precio de una franquicia).
Costes de explotación
Son los costes más variables, según el concepto y el sector empresarial elegidos, y plantean una serie de preguntas: ¿necesitas un local para gestionar tu empresa? ¿Necesitas un lugar Nº 1, o basta con un simple escritorio? ¿Cuál es el precio de la vivienda en la ciudad en cuestión? ¿Qué mejoras son necesarias? ¿En qué equipamiento necesitas invertir? ¿Cuál debe ser la acción inicial? Según el contrato, ¿cómo se gestionan estas existencias con el minorista? ¿Es posible emprender sin un empleado?
Desde este punto de vista, se considera que los conceptos más caros son las franquicias de restaurantes y panaderías, mientras que conceptos como la reparación de ordenadores a domicilio o la venta de coches usados, por ejemplo, son mucho más accesibles.
Costes de comunicación
Aunque ya hemos hablado de los cánones de comunicación, que permiten a los franquiciados garantizar la visibilidad global de la marca y el diseño de herramientas de comunicación uniformes, es esencial pensar detenidamente en la comunicación local, sobre todo al poner en marcha un negocio. Esta partida de gastos es tanto más importante cuando se empieza con una red joven, en la que aún está todo por hacer en materia de sensibilización.
Un buen plan de comunicación inicial (folletos, carteles, prensa local, etc.) requiere una inversión media de 6.000 euros. A veces, esta cantidad está incluida en la cuota de inscripción.
Necesidades de capital circulante
Necesidades de capital circulante (Esto incluye costes fijos como el alquiler, la electricidad y el seguro, así como los salarios iniciales de cualquier empleado, y la cantidad que el franquiciado necesita para vivir mientras espera a obtener ingresos. Por tanto, es esencial no subestimarlo.