La pregunta del millón. Es lo que cualquier persona cercana al mundo de la franquicia quiere saber, sin importar si está pensando en convertirse en franquiciado o simplemente tiene curiosidad.
Poner en marcha un negocio bajo el modelo de franquicia es una opción atractiva para emprendedores que quieren aprovechar las ventajas de una marca consolidada y un modelo de negocio probado. Sin embargo, también implica responsabilidades y costes que debemos tener en cuenta para que la inversión sea rentable.
A continuación, te contamos cuáles son los principales componentes financieros de una franquicia, como la inversión global, las regalías o las tarifas de entrada, entre otros aspectos.
¿Qué es la inversión global y qué incluye?
La inversión global es el coste estimado que un franquiciado debe cubrir para abrir y empezar a operar una franquicia. Esa cantidad inicial incluye:
- Canon de entrada: es el pago inicial que da derecho al franquiciado a utilizar la marca y acceder al sistema de operación del franquiciador. Varía mucho en función del tamaño de la empresa, su reputación e incluso el sector, pero normalmente oscila entre 4.500€ y 45.000€. Ten en cuenta que, en España, a esta cantidad hay que sumarle el 21% de IVA.
- Costes de adecuación: gastos en mobiliario, decoración y equipos necesarios para cumplir con los estándares de la marca.
- Stock inicial: adquisición de los productos necesarios para comenzar con las operaciones.
- Formación: programas de formación para el franquiciado y su equipo que aseguran el conocimiento y cumplimiento de los procedimientos operativos.
- Marketing y publicidad: lógicamente, también es necesario invertir en campañas promocionales para atraer a los primeros clientes y dar a conocer esa nueva apertura.
Al final, es el Documento de Divulgación de Franquicia (DDF) el que recoge toda esa información, incluidos los costes asociados y permite a un emprendedor planificar su presupuesto.
¿Qué son las regalías o pagos recurrentes?
No pienses que para funcionar bajo el modelo de franquicia solo necesitas asumir los gastos iniciales, porque sigue habiendo ciertos pagos recurrentes que garantizan el soporte continuo de la marca. Además, refuerzan la consistencia del negocio y la competitividad del sistema en su conjunto.
Las regalías son los más populares y son un porcentaje de las ventas brutas (entre el 4% y el 10%, según la marca) o una tarifa fija mensual. Este pago es el que asegura el apoyo constante del franquiciador en las operaciones del día a día, el marketing y el desarrollo.
Por otro lado, el fondo de publicidad. En la mayoría de los casos, cada franquiciado necesita aportar a las campañas publicitarias colectivas. Se suele destinar entre un 1% y un 4% de las ventas a este fondo, y al final beneficia a toda la red al incrementar la visibilidad y reputación de la marca.
Otros gastos que no deberías pasar por alto
Y sí, todavía hay gastos de los que no hemos hablado. Además de los pagos iniciales y los recurrentes, hay otros que quizá al principio no son tan evidentes, pero influyen en la rentabilidad del negocio a medio y largo plazo.
- Alquiler o compra del local: este puede ser uno de los gastos más elevados, según la ubicación. Elegir entre comprar o alquilar dependerá en buena medida de tus prioridades, de cómo te veas a largo plazo y de los precios de la zona en la que quieras montar la franquicia. Lo ideal es encontrar un equilibrio entre el coste y el tráfico de clientes potenciales.
- Seguros: lo recomendable es tener un seguro de responsabilidad civil que proteja tanto al negocio como a los empleados y clientes.
- Gastos legales y administrativos: necesitarás contratar a una persona que se encargue de todos los aspectos legales y administrativos, o delegarlo en una gestoría.
- Renovación de la franquicia: los contratos de franquicia expiran con el tiempo, normalmente en un periodo de entre 5 y 10 años. Sin embargo, siempre se puede negociar entre ambas partes. Hay sistemas que requieren un pago para renovar los derechos de explotación, que podría ser de una cantidad equivalente al canon de entrada o inferior.
¿Y cuál es el retorno de la inversión?
Ahora que ya sabes cuáles serán todos los gastos de la franquicia, otra de las grandes preguntas: ¿qué ocurre con el retorno de la inversión? El ROI es el beneficio que se obtiene después de hacer una inversión, expresado en porcentaje, y evidentemente si es positivo, el negocio es rentable; si es negativo, todavía tiene que seguir trabajando para obtener beneficios.
Por eso, antes de decidir invertir en una franquicia es importante que hagas cálculos para saber cuándo podrás recuperar esa inversión inicial. Normalmente, en función de la marca, podrás recuperar la inversión en un plazo de entre 2 y 5 años.
Para saberlo, analiza el margen de beneficios y pídele referencias también al franquiciado, porque probablemente pueda enseñarte otros casos de éxito que te ayuden a tomar la decisión. Aquí, te recomendamos contar siempre con el asesoramiento de expertos, porque así podrás tomar una decisión informada y basada en el mercado.