Empresarios, ¿cómo se consigue hablar en público?

Ondernemers, hoe maak je een succes van spreken in het openbaar?

Hablar bien en público es un arte, y una valiosa habilidad blanda para un directivo. Aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a preparar tu discurso con claridad y sin estrés.


Como empresario, a menudo te enfrentas al reto de hablar en público. Seminarios, reuniones, entrevistas, conferencias… no faltan oportunidades para convencer a tu público. Aquí tienes nuestros consejos para convertirte en un profesional del ejercicio.

Hablar en público: inevitable en el mundo empresarial

Como un empresario tiene que ser convincente, no puede escapar a las apariciones públicas, ante públicos más o menos numerosos. Ya se trate de una entrevista, de una reunión en vídeo o cara a cara, o de un seminario, hay muchas oportunidades inevitables.

Este ejercicio tan especial, que a veces implica presentarte, dirigir una reunión, proporcionar información, pero también convencer y mantener la atención de la otra persona en ti y en tu mensaje, no siempre es fácil. De hecho, para la mayoría de nosotros, ¡es un asunto peligroso e incómodo!

La buena noticia es que es algo que se puede aprender y que se progresa con el tiempo. Aunque seas una persona introvertida o tímida que a veces carece de confianza en sí misma, hablar en público mientras controlas tu estrés es posible. Hay varias técnicas que puedes utilizar para conseguirlo.

¡Prepárate con antelación!

¿Te da miedo hablar en público? ¿Estás perdiendo los nervios? Debes saber que hablar ante un público requiere preparación y que convertirse en un gran orador no se improvisa. No te pedimos que vayas con las manos en los bolsillos, sino todo lo contrario. Cuanto más te prepares de antemano, más tranquilo te sentirás ante el ejercicio.

Lo primero: averigua quién es tu público. ¿Son aficionados, profesionales, colegas, compañeros, jóvenes, niños, personas mayores? Tienes que adaptar tu mensaje a sus expectativas. Ya sea por la extensión, el vocabulario utilizado o los ejemplos elegidos para ilustrar tus puntos. Del mismo modo, no descuides tu atuendo, ¡que debe ir a juego con el evento!

Luego, no dudes en escribir tu texto con antelación y ensayarlo para ti o para las personas de tu entorno. Piensa en trabajar tu articulación y elocución: ¡es tan fácil transmitir un mensaje demasiado rápido, con voz monótona, u olvidarse de articular!

Lo ideal sería que también tuvieras la oportunidad de ensayar in situ, en la sala donde vayas a actuar, para que puedas hacer tuyo el espacio. Esto te permitirá desprenderte gradualmente de tus notas y adoptar un tono más auténtico y espontáneo, que captará más fácilmente al público.

Hablar en público: gestionar mejor el estrés

Un buen orador no es alguien intrépido. A la mayoría de la gente le da miedo hablar delante de un público, y es normal. La idea no es avergonzarse de tu miedo escénico o intentar ocultarlo a toda costa, sino aceptarlo.

No nos centramos en tropezar con ciertas palabras o en tartamudear. Son detalles que no impedirán que tu público aprecie la calidad de tu discurso. No tengas miedo de los silencios, que proporcionan un respiro en el texto y también permiten al público reflexionar y tomar notas. Respirar abdominalmente durante todo el discurso es también la clave para no dejarse abrumar por el estrés.

Oratoria: cómo empezar

Ahora es el momento. Ya se trate de una reunión, una conferencia o una entrevista, el reto es el mismo: ¡convencer y causar buena impresión! Una vez más, hay que tener en cuenta algunos trucos para empezar con buen pie.

No te precipites: espera a tener la atención de tu público antes de empezar. Segundo punto: enfréntate al público con la postura correcta. Para ser expresivo, no dudes en utilizar los brazos y las manos, asegurándote de que los hombros están relajados. La comunicación no verbal es al menos tan importante como lo que dices.

¡Recuerda sonreír! Indispensable para poner a todos (y a ti) en el buen camino.

Uno de los errores que comete la mayoría de la gente es empezar su discurso exponiendo un argumento. Asegúrate de escanear la habitación con la mirada, no mires siempre en la misma dirección y mantén el contacto visual. Si estás de pie, recuerda apoyarte en ambas piernas para estar bien equilibrado. Esto te facilitará el habla e incluso te ayudará a asentar la voz.

Un mensaje claro para hablar con éxito

Para captar la atención de tu público y, sobre todo, mantenerla hasta el final de tu discurso, la información que deseas transmitir debe ser meridianamente clara.

Para conseguirlo, Emmanuel Chila, en su libro Et si je parlais pour être vraiment compris ? *enumera nueve elementos esenciales para que tu discurso se integre correctamente y, sobre todo, se recuerde:

– El sentimiento que condiciona la escucha y la comprensión.

– El contexto del mensaje.

– Un sentido del discurso que marca un rumbo.

– Las creencias (interés y desinterés) de tus oyentes, que les pertenecen.

– La convicción de la persona que habla.

– El significado del mensaje.

– Popularización, es decir, hacer accesible el mensaje.

– La calidad de la información en su forma, pero también en el tono, ritmo y volumen del discurso.

– La legitimidad de la persona que transmite el mensaje.

Por último, recuerda que para aprender a hablar en público, no hay nada como… ¡la práctica! Sé amable contigo misma. Cuanto más te atrevas a aceptar el reto de hablar en público, más progresos verás con el tiempo.

Si realmente tienes que hablar con regularidad en el transcurso de tu actividad profesional, y todavía no te sientes a gusto, no dudes en informarte sobre los cursos de formación profesional disponibles para ayudarte a mejorar tu fluidez oral.

*Etsi je parle pour être vraiment compris, Emmanuel Chila, Editions Eyrolles

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