10 errores que debes evitar al empezar como empresario

10 fouten die je moet vermijden als je begint als ondernemer

La aventura empresarial es emocionante y está llena de giros y sorpresas. Reuniones, conversaciones, independencia… Crear tu propia empresa es como dar la bienvenida a tu primer bebé.


Pero ten cuidado, el camino puede estar lleno de trampas. Según el INSEE, 1 de cada 4 empresas francesas fracasa en los dos primeros años de actividad. Para evitarlo y aprovechar al máximo la experiencia, l’Express Franchise te explica los 10 errores que debes evitar en el emprendimiento.

Antes de dar el paso, es una buena idea poner a prueba tu idea y hablar de ella con la gente de tu entorno, porque es fácil dejarse llevar y perder el equilibrio. Es en este punto del proceso de pensamiento cuando puede aparecer el pensamiento miope. Estás tan convencido de que tu idea es brillante que ya no escuchas las críticas constructivas ni los comentarios sobre tu modelo de negocio. Para evitar desarrollar un servicio o producto que no tenga una utilidad real, recuerda hablar con la gente sobre ello, realizar estudios de mercado e informarte sobre tu futuro sector empresarial.

Formar un equipo es una parte importante de la aventura. Una elección equivocada te cuesta energía, tiempo y dinero. Como dice el refrán: en caso de duda, ¡no hay duda! Puedes recurrir a un profesional de la contratación para que te ayude en este proceso. Una buena contratación comienza con una descripción precisa del puesto, con tareas claras y estructuradas. Un buen ambiente de trabajo es un factor clave para la motivación, el rendimiento y el éxito de la empresa.

La fase de crecimiento de una empresa sigue requiriendo un presupuesto y la asunción de riesgos. Cuando montes tu propia empresa, tienes que ser consciente de que tendrás que hacer una cierta inversión financiera. Ahorrar está muy bien, pero hay que saber cuándo gastar el dinero. Según una encuesta de PayFit a 500 empresarios, el 22% admite que no ha previsto y gestionado adecuadamente sus previsiones de tesorería. Gastar no es malgastar el dinero, al menos no cuando está bien pensado.

Invertir en tu empresa es bueno… ¡dentro de los límites de los fondos disponibles! La mayoría de los empresarios quiebran debido a muchos gastos innecesarios. Para evitarlo, lo mejor es que lleves un registro de tus gastos o que los controle un contable, que podrá decirte cuándo el gasto es útil o no. Esto te permitirá evaluar las áreas en las que estás invirtiendo demasiado (¡o demasiado poco!).

Los socios desempeñan un papel importante en tu empresa. Al igual que la contratación de un equipo, la elección equivocada de un socio puede suponer el fin de tu negocio. ¿Cómo encuentras a la pareja perfecta? Tenéis que poneros de acuerdo sobre vuestra visión de la empresa, sus objetivos y sus valores. La naturaleza complementaria de vuestra relación limitará los desacuerdos y las discusiones acaloradas. Una buena comunicación y comprensión facilitan la toma de decisiones y el gobierno corporativo.

La aventura empresarial es tan apasionante como llena de incertidumbres, dudas y riesgos. Es normal ser aprensivo, tener dudas de vez en cuando. Es bueno ser consciente de ello, pero no debes dejar que estas emociones te paralicen ante lo desconocido. El miedo te impide tomar las decisiones correctas. Pero que no cunda el pánico: ¡es humano tener miedo, y aún más humano cometer errores! Asume riesgos calculados. ¿Cómo lo hacemos? Preguntándote si el juego sigue mereciendo la pena, sopesando las consecuencias si ocurriera lo peor, investigando para determinar la probabilidad de éxito de tu idea… La clave está en saber si sigues queriendo correr el riesgo y lanzarte de cabeza.

La comunicación es vital para tu aventura. Tanto si se trata de comunicarse con inversores, clientes u otras partes interesadas, es un aspecto que no debe descuidarse. Tienes varios canales a tu disposición: página web, blog, redes sociales, tus amigos y tu red de contactos. Pero, ¿por dónde empezar? Las principales acciones de marketing a implementar son la creación de un sitio web, el uso de las redes sociales y la publicidad de pago. ¡No dudes en darles un buen uso! Si éste no es tu punto fuerte, hay profesionales de la comunicación que pueden ayudarte.

Cuando empiezas como empresario, tiendes a querer hacerlo todo tú mismo. Pero no es tan buena idea. Tienes que aceptar que hay personas más cualificadas que tú para hacer parte del trabajo de tu proyecto. Seguirá siendo tuyo, aunque pidas ayuda a otros. Además, ¡intentar hacerlo todo por tu cuenta requiere tiempo, energía y conocimientos! No es seguro que ésta sea la mejor manera de ser más eficaz…

El apoyo de los que te rodean es tan importante como tu plan de empresa, y no debe subestimarse. Dar el paso de emprender no es una decisión fácil: dejar tu trabajo, montar un negocio desde cero, implicarte. Todo esto crea estrés. Los que te rodean pueden ayudarte prestándote oídos, un hombro reconfortante o incluso invirtiendo en tu proyecto.

Para financiar tu proyecto, ¡el Estado o la región pueden ayudarte! Existen varias formas de ayuda, como el NACRE (Nuevo Acompañamiento a la Creación o la Reempresa), un plan regional de ayuda financiera. También existe la ARCE (Ayuda a la Creación de Empresas) y la ACRE (Ayuda a la Creación o a la Reactivación de una Empresa). No te olvides de obtener toda la información que necesites, ¡ya que estas ayudas se pueden recibir al mismo tiempo!

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