El miedo al fracaso es uno de los mayores obstáculos a la hora lanzar un proyecto propio. Aunque el emprendimiento se asocia con la libertad y la innovación, también implica riesgos que pueden generar dudas y bloqueos. Como cualquier otro negocio o inversión, entrar en una franquicia conlleva incertidumbre y riesgos, pero superarlos forma parte del camino para alcanzar el éxito. “El miedo es una emoción primaria y necesaria, pero cuando nos domina, nos impide tomar decisiones con claridad y dar lo mejor de nosotros”, explica José Miguel Sánchez, psicólogo de alto rendimiento, especializado en empresa y deporte.
El miedo al fracaso es un sentimiento que muchas personas experimentan a lo largo de su vida de manera casi natural, pero también influenciado por factores psicológicos y culturales. Dentro del mundo emprendedor, vemos diferencias en la percepción del riesgo e incluso del miedo al fracaso según qué país o región analicemos. Por ejemplo, en Estados Unidos la cultura emprendedora está más arraigada y se ve ese fracaso como oportunidad de aprendizaje, mientras que en Europa, aunque cada vez se fomenta más el emprendimiento, aún el miedo al fracaso y la estigmatización de las equivocaciones tienden a frenar muchas veces la toma de riesgos.
¿Cuáles son, en tu experiencia, las raíces psicológicas más comunes del miedo a emprender y cómo se manifiestan en futuros franquiciados?
José Miguel Sánchez: El miedo es una emoción de las más primarias que tenemos los seres humanos. Es una emoción muy útil a la hora de salvarte de un peligro, porque genera que sobrevivas poniendo en marcha una serie de mecanismos para sobrevivir a ese peligro. ¿De dónde viene esto? Pues en el contexto que hablamos tiene mucho que ver con los factores culturales. La cultura de “no vayas más allá de lo que se espera de ti”, la cultura de lo incierto…
Todo eso que es cultural hace que no nos atrevemos y que siempre nos mantengamos en ese conformismo de “ya me está bien como estoy”. De hecho, hay un refrán español sobre que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Entonces, si este tipo de afirmaciones, como ese refrán, las he escuchado tantas veces y desde tan pequeño es muy probable que me haya condicionado y aunque tenga algo malo prefiera quedarme y sufrirlo a la posibilidad de encontrar algo mejor. Por lo tanto, la incertidumbre es muy cultural, pero si lo piensas es una maravilla y lo único que tenemos: no sabemos qué va a pasar mañana, pero sí sabemos que tenemos la capacidad de reaccionar.
No es lo que te pasa sino lo que haces con lo que te pasa lo que verdaderamente importa si el miedo entra en la ecuación. Y si desde la infancia hemos sido condicionados en esas dinámicas es mucho más complicado cambiarlo cuando eres adulto. Hablabas de Estados Unidos y todos podemos tener esa imagen de los niños vendiendo chuches o cosas que han hecho en casa, vemos cómo están emprendiendo desde niños y buscando clientes. Estos patrones de comportamiento están profundamente arraigados en la cultura y se reflejan en la manera en que asumimos riesgos.
¿Qué diferencias observas entre el miedo al fracaso en emprendedores independientes y en quienes optan por una franquicia?
José Miguel Sánchez: Al final, un emprendedor independiente entra con poco dinero, con lo que te dejan los amigos, los familiares, la gente que confía en ti o si crees que va a ser un proyecto más grande buscas otro tipo de inversores, pero realmente al principio no te juegas tanto, mientras que en una franquicia, dependiendo de la franquicia, la inversión puede ser muy alta. Por un lado, es una ventaja contar con el respaldo de una marca consolidada, con un modelo de negocio probado y una estructura de apoyo. Pero, por otro lado, la inversión suele ser más alta y no sabes si recuperarás ese dinero. La clave está en hacer muchas preguntas, en informarte muy bien y que cuando lo hagas estés convencido, porque si al final inviertes y el miedo sigue rondando tu mente, no vas a sacar el máximo provecho de esa inversión. Antes de tomar la decisión es necesario hacer el análisis de datos racionalmente y plantear todas las preguntas que te surjan, pero una vez que lo has hecho y vayas a por ello, el miedo ya no debe estar presente porque lo único que haría sería entorpecerte.
Una cosa es lo que es un miedo racional o un riesgo razonable, dentro del análisis realizado previamente, y otra es la parálisis irracional que te impide realizar la toma de decisiones…
José Miguel Sánchez: No solo eso, el miedo no solo te da parálisis irracional, sino que te puede poner en una actitud que jamás va a ser de alto rendimiento. Si tú estás a la defensiva porque tienes miedo o si tú estás atacando porque tienes miedo, en ambos casos, no estás trabajando desde tu mejor versión, no estás dando lo mejor de ti y tu rendimiento no es el mejor. En esa situación de miedo, tus habilidades y tu experiencia no es lo que estás poniendo en el negocio o lo estás filtrando por una emoción que te paraliza. Por lo tanto, el miedo no debería estar en la ecuación por la parálisis que hablas, por ponerte a la defensiva o por ponerte al ataque, con ira o con enfado. En las tres situaciones, tu rendimiento seguramente disminuirá.
¿Y en el caso de que a pesar del análisis llegues a un bloqueo? Por ejemplo, si tienes miedo a que cierre la franquicia. ¿Qué recomiendas para superar ese bache y alcanzar ese rendimiento máximo?
José Miguel Sánchez: En la fase previa, el miedo va a hacer que tomes la decisión de no invertir. El reto viene cuando ya has invertido. Sobre todo tienes que fijarte en qué puedes hacer, qué puedes gestionar tú. Lo que dependa de la franquicia si puedes influir de alguna manera, trata de hacerlo; si es que no porque hay unos estándares y porque tú acabas de entrar pues entonces no. Lo que trabajo aquí siempre es sobre lo que sí puedes hacer, pero si no puedes hacer mucho por la razón que sea tendrás que aceptar que has entrado en un lugar donde hay unos estándares que tú no puedes romper y desde ahí tendrás que adaptar tu forma de trabajar en ese modelo, porque de nuevo el miedo no te va a ayudar.
Considerando la inversión inicial que requiere una franquicia, ¿cómo aconsejas manejar el miedo a perder capital y gestionar los riesgos financieros? ¿Cómo puede fortalecerse el “growth mindset” o mentalidad de crecimiento para contrarrestar los temores y fomentar la motivación?
José Miguel Sánchez: Si tienes miedo a perder no inviertas. Porque cuando arriesgas puede no pasar lo que tú esperas. ¿Qué es lo que sí puedes hacer? Hay una frase que a mí me encanta: “Dato mata relato”. Es decir, trabaja los números, trabaja con toda la información que puedas, con toda la ayuda que tengas y con todo eso lo que estás haciendo es minimizar el riesgo, pero jamás va a desaparecer, solo lo estás minimizando. Y eso es lo que sí podemos hacer y es lo que tenemos que aceptar, porque estamos entrando en un mundo en el que la posibilidad de que no nos vaya como esperamos es real. Lo que yo también te diría es que no arriesgues aquello que no te permita tener un mínimo respaldo para poder vivir si el emprendimiento fracasa. Esta idea del modelo americano sobre cuántas veces te has arruinado antes del éxito queda muy bien en un artículo y en una historia pero luego no es tan real. Y en los casos que sí es real, las personas acaban muy mal porque las consecuencias psicológicas y de otra índole de una quiebra son muy altas y no es fácil salir desde ese hoyo, porque psicológicamente estás muy hundido y dudando mucho en ti. Y lo que tiene que hacer un emprendedor es cualquier cosa menos dudar de él o de ella misma. Por lo tanto, yo trabajaría mucho en los datos y trabajaría mucho en medir esa inversión, cuánto supone del capital o del patrimonio que tengo para calibrar muy bien dónde me estoy metiendo.
Desde el enfoque psicológico, en la práctica diaria, ¿qué recomiendas para gestionar la ansiedad y la incertidumbre en el proceso emprendedor?
José Miguel Sánchez: Cuando hablamos de estrés o de los miedos, la red de familia y amigos siempre es buenísima, porque cuando lo estás pasando mal lo peor que puedes hacer es quedarte solo o no compartirlo con nadie. Ahora, desde un punto de vista profesional, tener apoyo es clave desde el principio y sobre todo en la parte de toma de decisiones. Un apoyo profesional para que te rete con preguntas, para que te rete con situaciones o escenarios y que cuando tomes la decisión sea consciente de todo lo que puede pasar. Una de las cosas que yo trabajo mucho con directivos son los posibles escenarios y lo que hay que hacer y cómo hacerlo en cada uno de ellos para ver los obstáculos, qué es lo que vas a trabajar, cómo lo vas a trabajar y con quién lo vas a trabajar… Esto es como un deportista que está visualizando lo que quiere que pase pero igual que visualiza lo que quiere que pase, que puede ser ganar una medalla en unos Juegos Olímpicos, también está visualizando cuando las cosas no van bien. Cuando las circunstancias van mal y el escenario que se presenta es el peor, tu estado emocional es fundamental: cuanto más equilibrado, cuanto más autoconocimiento y más autogestión tengas mucho mejor para lidiar con cualquier situación que venga.
Para un emprendedor el éxito significa que el negocio vaya bien y crezca, pero si lo enfocamos desde la resiliencia de ir más allá de la visión tradicional éxito-fracaso, ¿cómo podemos redimensionar ese concepto a nuestro favor para salir de las ideas limitantes?
José Miguel Sánchez: Para mí el éxito sería que tú disfrutes con lo que tienes, con lo que haces y con lo que eres. En el momento que eso no ocurre, eso no es el éxito para mí. Si tú has conseguido mucho “éxito”, eres muy bueno en lo que haces, etc., pero luego internamente no estás disfrutando o no tienes tiempo para disfrutarlo, al final, ¿eso es éxito? Hay personas que han llegado a la cumbre de lo que llamaríamos éxito pero no lo están pasando bien y no disfrutan, todo lo contrario, a veces sufren por el coste personal tan alto. Por lo tanto, si habláramos del éxito yo parto de un equilibrio y el equilibrio se define en una frase muy simple: si yo estoy bien, lo que doy a los demás es lo mejor. El éxito para mí es la mirada hacia dentro: si me miro y lo que veo me gusta, ahí ya empieza el éxito. Y, además, cuando tu estás bien a los demás les apetece estar contigo y confían en ti. Si tienes un negocio todo esto redunda en las relaciones comerciales entre personas, en la clientela, la posibilidad de hacer negocios, etc. El éxito tiene que ver con eso y todo empieza en tí.
Nuestro resumen en 5 puntos clave por L’Express Franchise IA
(verificado por nuestro equipo editorial)
Aquí tienes un resumen en cinco puntos clave del artículo sobre el tema “El miedo al fracaso: claves para superarlo y animarse a emprender”:
1. El Miedo como Obstáculo: El miedo al fracaso es uno de los principales impedimentos al emprendimiento. Aunque es una emoción natural, puede obstaculizar la toma de decisiones claras y limitar el potencial del individuo, especialmente al considerar franquicias.
2. Influencias Culturales y Psicológicas: La percepción del fracaso y el riesgo varía entre culturas. En lugares como Estados Unidos, el fracaso se ve como una oportunidad de aprendizaje, mientras que en Europa existe un estigma asociado que puede frenar el emprendimiento.
3. Características de un Buen Franquiciado: Un buen franquiciado debe tener solvencia financiera, compromiso, habilidades de gestión y una mentalidad proactiva. La capacidad de tomar decisiones informadas y adaptarse a cambios es crucial para el éxito.
4. Estrategias para Gestionar el Miedo: La preparación y el análisis de datos son esenciales para minimizar el riesgo. Además, mantener un equilibrio emocional y buscar apoyo, tanto personal como profesional, puede ayudar a gestionar la ansiedad y la incertidumbre.
5. Redefinición del Éxito: El verdadero éxito va más allá de la rentabilidad; implica disfrutar del proceso y mantener un equilibrio personal. Un emprendedor exitoso es aquel que, al estar bien consigo mismo, puede transmitir esa energía positiva a los demás y fomentar relaciones comerciales efectivas.