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¿Cómo las políticas arancelarias de Trump pueden afectar a las franquicias en España?

Políticas arancelarias de Trump. Efectos franquicias.

Desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó a la Casa Blanca en noviembre del pasado año, ha estado sobrevolando la implantación de unos posibles aranceles a productos de la Unión Europea. Esos rumores ahora son una realidad.


El 2 de abril entraron en vigor los nuevos aranceles impuestos por el presidente estadounidense, donde destaca el gravamen del 25% sobre el acero, el aluminio o los coches, además de aranceles del 20% a todos los productos de la Unión Europea.

En conjunto, Estados Unidos representa cerca del 5% de las exportaciones españolas de bienes y servicios, lo que le coloca como el sexto destino de los productos nacionales, por detrás de Francia, Alemania, Italia, Portugal y Reino Unido. Desde la perspectiva estadounidense, en cambio, España representa menos del 1% de sus importaciones y se sitúa en el puesto 21 entre sus proveedores globales, según los datos de la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio estadounidense.

Es cierto que la importancia de EE.UU. como cliente ha ido creciendo en los últimos años, destacando el 2022 cuando se alcanzó el récord de exportaciones. Sin embargo, ya en 2024 esta cifra cayó un 3,8%, hasta los 18.179,1 millones de euros. Ese crecimiento de las ventas no ha impedido que el saldo comercial entre ambos países siga claramente inclinado hacia Estados Unidos, que mantiene con España un notable superávit comercial.

Desde que se empezó a hablar de los aranceles, solo se han nombrado las posibles consecuencias para las grandes multinacionales, como los gigantes mundiales del automóvil, pero, ¿qué pasa con las franquicias? No hay que olvidar que estas representan entre el 12% y el 13% del comercio minorista en Europa y, solo en España, operan más de 2.500 enseñas.

Según Alberto Salvador, director comercial de T4 Franquicias, estas políticas podrán afectar “a aquellas franquicias españolas con presencia en EE. UU. que exportan productos ahora sujetos a aranceles, como aceite de oliva, vino, queso, jamón, productos cerámicos…”.

Una idea que también refuerza Yolanda Martín, socia y abogada de Consulta Franquicias. “España es un país que principalmente vive del turismo, pero es cierto que se van a afectar ciertos sectores y entre ellos los sectores de franquicia que tengan que ver con hostelería principalmente”.

Una postura que no comparte Eduardo Tormo, director general de Tormo Franquicias Consulting, que asegura que no tienen nada que temer. “Las franquicias españolas, en general, no son exportadoras de productos o servicios y en su caso mucho menos a EE.UU. Hemos analizado detalladamente los diferentes sectores de actividad y no encontramos ninguno de ellos en particular que pueda verse afectado”, afirma.

Lo cierto es que no es la primera vez que Trump impone estos aranceles. En su anterior legislatura, el presidente implantó gravámenes del 25% a determinados productos agroalimentarios europeos, haciendo caer las exportaciones de aceite envasado de España un 60%, perdiendo competitividad frente a otros países. Es por eso que las franquicias pueden hacerse una idea de lo que les viene.

“Esta experiencia sugiere que sectores previamente afectados podrían enfrentar desafíos similares, y las franquicias relacionadas deberían prepararse para buscar proveedores alternativos”, señala Salvador.

Sin embargo, no todos los sectores se van a ver perjudicados. “El impacto se concentrará especialmente en franquicias españolas que operan en EE. UU. y dependen de productos nacionales en su propuesta, como ocurre en restauración. Marcas que exportan alimentos como aceite de oliva, vino o jamón, productos ahora sujetos a aranceles, verán mermados sus márgenes o deberán ajustar precios. También algunas franquicias de moda y retail, si distribuyen desde España, pueden notar una pérdida de competitividad”, detalla el director comercial de T4 Franquicias.

En esta línea, Yolanda Martín diferencia entre las consecuencias entre las franquicias españolas y europeas o las estadounidenses. Hablando del primer escenario, “hay ciertos servicios que se van a ver bastante afectados, por ejemplo, el aceite o los vinos. Ellos van a ver un incremento del coste que no es directamente repercutible a los precios del consumidor. Las grandes enseñas, en su planificación ya han marcado que los costos se van a elevar, es por eso que están haciendo políticas internas para para reducir los costes o optimizarlos para que al cliente final no le repercuta el precio y puedan seguir siendo competitivos como franquicia”.

Por otro lado, si las marcas son estadounidenses o de otros países, España puede sacar una ventaja. “Hasta ahora se traían todo de Estados Unidos, ahora lo que van a intentar las centrales franquiciadoras es buscar proveedores locales. Las franquicias son muy celosas para hacer economías de escala y no te permiten comprar nada fuera de la central franquiciadora, ahora eso lo tienen que flexibilizar e intentar buscar proveedores homologados para intentar que los costes no suban”, explica Martín.

Lo que está claro es que las grandes perdedoras serán las franquicias más pequeñas, que siempre están sujetas a los movimientos fluctuantes del sector. “Van a tener que desaparecer pequeñas enseñas porque se las va a comer el mercado. No solamente ya por esta crisis, sino porque el mercado fluctúa y hay momentos de bonanza económica y otros más bajos. Van a desaparecer muchas franquicias y muchas centrales franquiciadoras y eso va a arrastrar a los franquiciados”, afirma Yolanda Martín.

“Al encarecerse, pierden competitividad frente a marcas locales o de otros países sin penalización arancelaria. Esto puede traducirse en una caída de márgenes o ajustes en precios, afectando directamente a la rentabilidad del franquiciado. A nivel más general, este tipo de medidas genera incertidumbre comercial, lo que puede frenar la expansión internacional o hacer que muchas enseñas prioricen otros mercados más estables”, matiza Salvador.

Además del daño de forma directa que pueden sufrir algunas franquicias, todas ellas han de estar preparadas para las posibles repercusiones. “De forma indirecta, la repercusión política de la imposición de aranceles puede determinar un alza en los precios como ha ocurrido en hechos recientes, como la guerra de Ucrania, y también una posible incertidumbre en las inversiones de empresas y particulares”, explica el director general de Tormo Franquicias Consulting.

Además, otro factor que puede perjudicar a las franquicias es el miedo a invertir o abrir nuevos locales debido a esta inquietud. ·Es evidente que la incertidumbre genera retracción y esto origina una menor inversión por parte del tejido empresarial. También es cierto que el sistema de franquicia está basado en las pymes, en los autónomos y en los particulares y estos, en general, no pueden esperar o depender de aspectos políticos que pueden tardar demasiado en resolverse”, afirma Tormo.

“Aunque no todas exportan, los efectos indirectos, como mayores costes o un entorno menos favorable para crecer, pueden afectar al conjunto del sector de la franquicia”, matiza Alberto Salvador.

En este sentido, la Cámara de Comercio de España señaló que, en la anterior legislatura de Trump, las pymes españolas con exposición a EE.UU. fueron especialmente vulnerables debido a su limitada capacidad para diversificar mercados o ajustar precios, al contrario que las grandes empresas, las cuales lograron mitigar el impacto mediante estrategias globales. Es por eso que esperan que en la actualidad puedan sufrir consecuencias aún mayores, ya que se verán agravadas “por la inflación y el aumento de costes, lo que reforzaría la necesidad de políticas de apoyo específicas para impulsar su diversificación y mejora competitiva”.

“La clave final va a depender del comportamiento del sistema financiero en cuanto a los apoyos que este preste para la creación de nuevas empresas amparadas bajo el sistema de franquicia”, destaca Tormo.

Por su parte,Yolanda Martín matiza que los aranceles no solo van a afectar para abrir nuevas franquicias, sino que afectará a toda la cadena. “Y eso incluye a los franquiciados que ya tienen su franquicia, que se les va a cambiar todas las condiciones económicas. Las franquicias trabajan con previsiones económicas que pueden ir desde los 5 a los 20 años, y ahora todo se ha descuadrado, esas previsiones ya no existen”.

De hecho, se calcula que las exportaciones españolas afectadas por los nuevos aranceles están valoradas en aproximadamente 21.000 millones de euros. “Sin embargo, cuantificar el impacto exacto en las franquicias es complejo, ya que depende de factores como la capacidad de las empresas para absorber parte de los costes y la posibilidad de diversificar mercados”, explica Salvador.

Aunque calcular las pérdidas es imposible a día de hoy, hay que tener en cuenta, como señala Martín, que dentro del sector también se incluye al comercio asociado. Sumando esta parte, las pérdidas pueden ser billonarias.

Lo cierto es que aunque el incremento de costes y la incertidumbre en el comercio internacional pueden llegar a disminuir el interés de inversores y emprendedores de apostar por la expansión de franquicias en mercados afectados por aranceles elevados, el mercado estadounidense sigue siendo estratégico para las marcas españolas.

La clave estará en adaptarse: revisar el modelo operativo, ajustar precios y reforzar la propuesta de valor para mantener la competitividad pese al nuevo escenario. En algunos casos, será cuestión de pausar la expansión y en otros, de reinventar cómo se accede al mercado”, concluye Salvador.

Es por eso que las franquicias deberán ajustar su cadena de suministro, buscando proveedores locales o diversificados. Además, deberán incrementar su valor de marca y sus productos para tratar de justificar la posible subida de sus precios y tendrán que digitalizar sus procesos y optimizar sus operaciones para mantener los márgenes.

Para saber la repercusión real tendremos que esperar un poco más de tiempo, ya que lo que Trump da, Trump quita. A pesar de esta imposición, el presidente de EEUU se está planteando sentarse a negociar con la Unión Europea, por lo que todo puede quedar en agua de borrajas. Solo el tiempo lo dirá.


(verificado por nuestro equipo editorial)

Aquí tienes un resumen en cinco puntos claves del artículo sobre el tema en español: ¿Cómo las políticas arancelarias de Trump pueden afectar a las franquicias en España?

Impacto económico inmediato: Las políticas tarifarias de la administración Trump podrían generar inestabilidad económica en España, afectando especialmente a las franquicias estadounidenses que dependen de importaciones.

Ajustes alternativos: Las franquicias podrían verse obligadas a adaptar sus estrategias comerciales, incluyendo la posibilidad de producir localmente para minimizar los costos adicionales relacionados con los aranceles.

Reacciones del mercado: El artículo destaca la necesidad de que las franquicias evalúen su posición en el mercado español y se adapten a las nuevas realidades comerciales generadas por los aranceles.

Largo plazo y persistencia: Los efectos a largo plazo de estas políticas podrían transformar el panorama de las franquicias en España, llevando a algunas a retirarse mientras que otras podrían aprovechar oportunidades.

Estrategias de mitigación: Los expertos recomiendan a las empresas diversificar sus cadenas de suministro y explorar alianzas locales para reducir los riesgos asociados con las políticas comerciales estadounidenses.

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